Historias de resiliencia en el programa de formación tutelada de Advocacy Assembly

Laura Schwartz-Henderson

En todo el mundo se están produciendo cortes de Internet, dejando a millones de personas desconectadas. Pero ¿cuál es el impacto humano de la privación de Internet? Para averiguarlo, pedimos a cientos de activistas, estudiantes, periodistas, campesinos y empresarios que participan en el programa de formación tutelada de la Internet Shutdown Academy de Advocacy Assembly que nos contaran sus experiencias. Y describieron la cantidad de efectos nocivos que puede tener un corte de conexión, que impide el acceso a la información, a los servicios de emergencia e incluso a los medios de subsistencia.

"Viví como en la Edad Media", recordaba una abogada camerunesa que participa en el programa de formación de la AA-ISA. Durante tres largos meses, el gobierno de ese país impuso un bloqueo de la red en las regiones anglófonas. A raíz de ahí, la testigo se vio obligada a viajar a otra ciudad únicamente para poder consultar su correo electrónico. Debido al bloqueo, su clínica de asistencia jurídica no podía comunicarse con las víctimas que necesitaban su apoyo.

Su historia no es única. En respuesta a nuestra convocatoria para participar en la formación tutelada de la Internet Shutdown Academy de Advocacy Assembly, recibimos más de 1.060 solicitudes de 135 países para formar parte de un programa de siete semanas que tuvo lugar entre septiembre y noviembre de 2023. Las historias que nos contaron los participantes sobre sus vivencias durante cortes de conexión a Internet ilustran los profundos daños causados por los gobiernos cuando pulsan el interruptor de apagado de Internet. Estos testimonios justifican a su vez la necesidad de proporcionar apoyo a ciudadanos de todo el mundo para que se preparen mejor y puedan luchar contra las interrupciones de conexión.

Muchos de los participantes nos contaron cómo los bloqueos tienen efectos en casi todas las facetas de la vida: la educación, la salud, la familia o el trabajo. Una estudiante de Tanzania describía su angustia cuando las universidades dejaron de operar online abruptamente durante la pandemia de la COVID-19. "La repentina interrupción de los servicios de Internet alteró mi capacidad de participar plenamente en las clases online y realizar las tareas", escribió. Sus notas se resintieron. Y su futuro quedó en entredicho. Para la madre de este estudiante, los cortes de conexión bloquearon fuentes de ingreso y empleo que eran fundamentales para su supervivencia. Las ventas de su tienda online se evaporaron de la noche a la mañana, poniendo a la familia en graves apuros financieros. Otro participante, un empresario agrícola de una zona rural de Nigeria, contó cómo utiliza Internet para anunciar los productos de su granja. Cuando se produjo un corte de conexión, sus “ventas cayeron drásticamente".

Para los activistas en primera línea vigilando el transcurso de importantes elecciones o crisis políticas, un corte de conexión a Internet significa perder el contacto justamente cuando los acontecimientos se desarrollan con mucha rapidez. Por ejemplo, un observador electoral en Tanzania no pudo enviar informes sobre irregularidades, mientras que un defensor de los derechos humanos contó cómo los continuos cortes de Internet le impidieron a él y a su compañero acceder a las víctimas de violaciones de derechos humanos que estaban documentando en la región de Oromía, en Etiopía.

En Zimbabue, una periodista nos contó que había estado cubriendo unas protestas políticas organizadas por la oposición que se tornaron violentas. "El gobierno cortó Internet y nadie se enteró de lo que pasaba en Zimbabue... nadie sabía quién había muerto", escribió. En India, un participante describió cómo el bloqueo de las redes sociales a servicios como WhatsApp en Manipur provocó que la desinformación circulara sin freno, desencadenando disturbios.

"El miedo y la incertidumbre se apoderaban de muchos ciudadanos porque no disponíamos de información precisa ni teníamos acceso a tiempo", recordó un participante ugandés. Señaló que, durante siete días, él y 45 millones de ugandeses estuvieron sumidos en el aislamiento, sin conexión con sus seres queridos o acceso a las noticias.

A pesar de estas historias sobre la represión y el aislamiento producido los cortes de conexión, la mayoría de los participantes se mostraron entusiasmados, deseosos de combatirlos y de aprender más y entrar en contacto con otros activistas. Algunos participantes contaron que habían aprendido a utilizar herramientas de medición como OONI para documentar técnicamente los cortes de Internet, y cómo pudieron usar esas pruebas para exigir responsabilidades a los gobiernos. Un participante habló de una red de abogados en Senegal que están colaborando para analizar las implicaciones legales de los cortes de conexión. Otro participante escribió sobre la necesidad trascender las fronteras nacionales a la hora de crear redes de activistas por los derechos digitales que luchen contra los cortes de conexión a Internet: "No sólo quiero que mi campaña tenga impacto en mi comunidad, creando concienciación y resiliencia, sino también aprender de las experiencias con compañeros de otros países y compartir buenas prácticas." Otra participante describió cómo en su entorno en Nigeria la gente "ve las interrupciones de Internet como algo normal y esperable". Escribió que quería participar en la formación "para mostrarles que no es normal” y que deben “responsabilizar tanto al gobierno como a sus partidarios cada vez que se produzca un corte de internet."

Debido a la abrumadora demanda del primer programa de formación tutelada de la AA-ISA, hemos decidido celebrar una segunda edición en abril de 2024. El programa te proporcionará apoyo y orientación a medida que avanzas realizando los diez cursos de la Internet Shutdown Academy de Advocacy Assembly, y te ofrecerá la oportunidad de relacionarte con mentores, expertos y proveedores de financiación. Adquirirás muchas competencias clave para luchar contra los cortes de conexión a Internet, que van desde realizar mediciones para demostrar un corte de conexión, desarrollar un plan de acción para hacerle frente, relacionarte con el sector privado con ese fin, documentar violaciones de los derechos humanos durante un bloqueo, o litigar estratégicamente en los tribunales.

Animamos a presentarse tanto a los activistas más experimentados como a otros con menos experiencia en el campo del a defensa de la libertad en la red. Juntos, empoderaremos a movimientos para mantener viva la lucha contra la censura y los cortes de conexión a Internet en la campaña #KeepItOn.

Más información sobre el programa y la candidatura a la próxima promoción de la Academia haciendo clic en este enlace.